Me gustaría ser un pájaro para poder volar y mirar con otra perspectiva el paisaje que me rodea, desde alto quizás podría comprender lo que por ahora no entiendo. Aunque tal vez sería corto mi vuelo porque hay mucho depredador que podría quebrar mis alas y terminaría herida sin remedio. La naturaleza es sabia, hay armonía por donde se mire, ha sido la especie humana la encargada de distorsionar ese equilibrio. La mezquindad, la indiferencia, la falta de atención , la falta de solidaridad , son entre otras tantas la causa de la intolerancia de unos con otros, en este mundo donde nos distanciamos cada vez más del respeto por la vida y de su esencia. No es fácil caminar por esta realidad donde se corre todo el tiempo sin mirar lo que hay alrededor, sin detenernos a valorar lo que tenemos realmente en nuestras manos por lo que queremos alcanzar para ser¨ mejores¨ o para no desentonar con ese status inventado en el que queremos estar y sobresalir. Seguramente nos perderemos disfrutar de las cosas sencillas, las que no se compran con dinero, pero que son las que realmente nos llenan el alma a la hora de hacer un balance íntimo y sincero. Estamos insertos en un mundo donde la dinámica del consumismo nos lleva a comprar casi todo y a tener que conseguir el dinero para poder hacerlo restando tiempo al disfrute de estar con quienes amamos o hacer lo que nos gusta. Cada vez tenemos más prisa por demostrar que somos exitosos, que todo lo podemos realizar, que todo lo podemos comprar, sin darnos cuenta que perdemos muchas cosas que son de vital importancia, porque hay cosas que solo pueden vivirse en ciertos momentos. En la vida no se puede volver atrás, y no se puede borrar lo que se ha escrito como en un papel. No se pueden volver a vivir los momentos que ya han pasado, no se puede recuperar lo que se ha perdido. Por lo menos en lo que se refiere a los afectos y momentos compartidos. Estaría bueno darse cuenta que el dinero no lo puede comprar todo, porque no todo se puede comprar. El amor de un hijo, de una madre, de un hermano, de un amig@ de un/a compañero/a no es necesario comprarlo. Pero hay que valorarlo como el más grande tesoro, respetándolos en su individualidad, en sus limitaciones, dedicándole tiempo para estar juntos, con la tolerancia necesaria para enseñar, aprender, conversar, sin olvidar que lo más importante es dejarse llevar por lo que se siente en el corazón. . Vinimos a este mundo sin nada material , sólo nos vamos a llevar el amor que hayamos conquistado, y que nos va a acompañar por siempre, aún después que nos vayamos hacia ese lugar, que nadie está seguro donde queda. Yo prefiero pensar que queda ahí nomás, en ese huequito imaginario que llamamos alma, el alma de quienes nos amarán incondicionalmente sin importar el tiempo y la distancia .
Nery Guerra Alvarez
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